Es un trabajo que hice inmediatamente después de ser contratado como director de la Escuela Taller de Castro Urdiales. Estamos en enero de 1988 (esta fecha hay que tenerla en cuenta). Desde entonces a la Escuela Taller también se la denomina la ETC, creo que debido a la imagen gráfica que se ha divulgado. Las Escuelas Taller en sus orígenes fueron concebidas como programas de formación e inserción laboral orientados a la recuperación de oficios tradicionales, y nuestro espacio para el aprendizaje ha sido la rehabilitación o restauración del patrimonio histórico. En aquellos años enseñábamos albañilería, cantería, forja, escayola y carpintería. En ese contexto el logotipo que me pareció adecuado fue el siguiente:

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La imagen gráfica transmite los conceptos de Escuela – Taller – Aprendizaje – Rehabilitación – Construcción. La tipografía del logo es Garamond, muy similar a al tipografía romana. Y para el símbolo me serví del maestro Alberto Durero que además de extraordinario pintor fue un gran tipógrafo. En el año 87 se había editado un libro estupendo sobre tipografía, «Letras, Rótulos y Logotipos» de José M. Parramón, en cuyas páginas se representaba una estudio de Durero, de 1.510, en el que se reconstruía la tipografía romana de acuerdo con los cánones que ideó el propio artista, un estudio anatómico de la letra romana:

Durero001
Diseño de alfabeto de Alberto Durero, partiendo del alfabeto romano.

La incorporación de la iniciales ETC de acuerdo con el planteamiento del maestro Durero no requería demasiadas intervenciones, tan solo eliminé algunas líneas que incorporaban demasiado ruido, y rehíce la estructura lineal que soportaba la ETC a modo de gran andamiada. A mi me sirvieron para entender que tras la Escuela Taller de Castro hay aprendizaje, y hay construcción o rehabilitación, y en síntesis, el aprendizaje está en construcción. Por aquel entonces se trabajaba con tinta y rotring sobre papel vegetal, y había que dibujar por separado los originales de cada color puesto que iban en diferentes planchas para su reproducción en imprenta. Para dibujar el texto nos valíamos de los inolvidables transferibles (los mejores los de «Letraset»). Un proceso lento y cuidadoso que te permitía pensar mientras elaborabas los diseños finales, listos para llevar a imprenta.

Posteriormente, en el año 90 o 91, un amigo pintor, Jorge Rojo, me enseñó una chapa de Metropolitan Museum, de Nueva York. El símbolo del museo es (actualmente no sé si lo sigue manteniendo) la «M» de Durero:

The-Metropolitan-Museum-of-Art-logo-design

Más tarde supe que en realidad la «M» del Metropolitan no toma como referencia la «M» de Durero, sino la de Luca Pacioli, otro de los maestros renacentistas que trabajó la divina proporción en la tipografía romana al que conocemos por su tratado «De la divina proportione», escrito en 1.498 y publicado en Venecia en 1.509.

alfabetoLucaPaccioli
Construcción del alfabeto romano según los criterios de proporción de Luca Pacioli en los que la letra se integra en un cuadrado y un círculo.

La obra de Paccioli tuvo mucha influencia entre los artistas renacentistas (el propio Leonardo da Vinci ilustró el manuscrito), y es bastante probable que fuera conocida por Durero. Da la impresión de que Durero reelabora el trabajo de Paccioli para dibujar un alfabeto menos encorsetado en la geometría; el resultado (bien diferente de su precursor a la vista de un tipógrafo) es desde mí opinión más bello (con la excepción de la letra «S» que es más hermosa en Paccioli). La obra de Durero es inmensa, también en diseño de tipografías, y fue muy seguida por los tipógrafos posteriores.

Es obvio que todos los diseñadores bebemos de las mismas fuentes, y entre ellas, los clásicos de la tipografía y del arte nos han dejado un legado para que sea útil a la humanidad. Sus imágenes le sirven al diseñador para tomarlas, retomarlas, o intervenirlas a su buen criterio, y siempre con el máximo respeto al legado del maestro. Pero cuando se trabaja en identidad corporativa hay que tener algunas consideraciones. La primera es que la imagen que se toma debe ser útil a los objetivos de identificación del producto, empresa o institución sobre la que se está trabajando. Y la segunda es que no se debe plagiar el trabajo intelectual de otra persona, ni hurtar la identidad de la institución que representa. Esto es tan obvio que no hace falta insistir en ello.

En el año 91 aparece a la luz el logotipo de «Madrid capital europea de la cultura». Es un fiasco. Al día de hoy en internet aparecen muy pocos documentos gráficos de aquel evento que se celebró en el año 1.992. Creo que fue un error lamentable y con ello no quiero desmerecer el sobresaliente trabajo como diseñador gráfico de Roberto Turégano. Un error lo comete cualquiera, hasta los más grandes. Este fue el logo que quiso representar la capitalidad de Madrid:

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Símbolo para identificar Madrid 92
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Moneda para conmemorar la capitalidad cultural de Madrid

Esta imagen se reprodujo para identificar aquel acontecimiento cultural, y para ello se editaron sellos, se acuñaron monedas, y se imprimieron toneladas de papel. A los organizadores y a Turégano les llovieron críticas, no tanto por la referencia a Durero o Pacioli, sino por la semejanza con la «M» del Metropolitan. No es admisible que la misma «M» de Pacioli sirva para identificar a uno de los museos más importantes del mundo, y para acuñar las monedas de Madrid 92. Si no hubo plagio, al menos si hubo ignorancia

Poco después reaparece el espíritu de Durero en la Biblioteca Nacional de España y su tipografía se muestra en el símbolo que identificó durante unos años a esta institución, en lo que podría haber sido un homenaje a la letra impresa. Resulta muy extraña esta similitud, puesto que el diseñador tuvo que conocer la polémica originada años antes con el logo de Madrid 92. Este es el símbolo que identificó a la Biblioteca Nacional a mediados de los años noventa, y que después fue retirado:

biblioteca nacional 2
Logotipo que identificó durante unos años a la Biblioteca Nacional. Actualmente el logo es otro en el que se ha obviado la referencia a Durero, la tipografía es azul y se mantiene la corona regia.

Por último, y ya a nivel local, el INB «Ataulfo Argenta» de Castro Urdiales convocó entre los alumnos un concurso para su logotipo. Este fue el ganador, que quiere sintetizar lo clásico con lo moderno, pero que finalmente sacrifica la belleza que contiene la letra «A». Es una idea interesante, pero creo que falla en la ejecución; en cualquier caso, es una trabajo muy loable para un alumno de bachillerato:

INBAtaulfoArgentaA buen seguro que hay muchísimas más soluciones gráficas que se «inspiran» en el alfabeto de Durero. Es cierto que personas en muy diferentes lugares con planteamientos y metodologías similares pueden llegar a resultados muy semejantes. No hablemos de casualidad. Simplemente puede suceder. La historia del arte y de la ciencia tiene bastantes ejemplos. En el mundo del diseño, los referentes estéticos y culturales, los símbolos, el arte, la naturaleza… todo ello conforma una realidad de la que se sirve el diseñador para  crear una imagen gráfica.  Todos bebemos de las mismas fuentes. Así pues, el genial trabajo de Durero, ha servido, quinientos años después, con desigual acierto, para identificar a una escuela taller, a uno de los principales museos del mundo, al acontecimiento cultural del 92, a la más alta biblioteca de España, a un instituto de bachillerato…

J. B.

Octubre de 2.013

ADENDA introdocida el 11/11/2013. Otro logo «inspirado» en el alfabeto de Durero. El de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Desconozco su autor y su fecha de realización, pero el resultado es desafortunado, por una reiteración que ya tiene coña, y por lo poco cinematográfico del resultado:

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Otra ADENDA. 3 de diciembre de 2013. El Logo del Colegio de Arquitectos Vasconavarro. He pasado por delante de su sede, la de Bilbao, y me he quedado mirándolo bastantes veces, porque es una imagen gráfica muy interesante. Una vez más Durero, o Pacioli, con los cuatro círculos al pie de la «A», si bien con una solución muy singular que consiste en el engrandecimiento de la A que queda en el centro, destacando el concepto «arquitectura» con una bella solución tipográfica. Transmite arquitectura, clasicismo y modernidad. La solución, en este caso, me parece muy apropiada. Seguramente la mejor de todas las expuestas.

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Adenda nº 3. Imagen encontrada casualmente en los sótanos del centro cultural «La Residencia» de Castro en la que se representa la tipografía de Durero para identificar un acto de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas. Abril de 2014.

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2 comentarios sobre “LOGOTIPO PARA LA ESCUELA TALLER DE CASTRO («todos los diseñadores bebemos de las mismas fuentes»)

  1. La genialidad de Durero o Garamond tambíén estuvo inspirada en trabajos de predecesores tipógrafos como Nicolás Jenson o Francesco Griffo… y estos a su vez en Gutenberg… y asi podemos ir sucesivamente hacia atrás pasando por Roma y su alfabeto… y si seguimos llegariamos al alfabeto fenicio, origen de los alfabetos latinos. La historia del arte, en el que podemos incluir en cierto modo el diseño gráfico (salvando las distancias de la funcionalidad), es la historia de las reinterpretaciones, de las reelaboraciones, de la evolución de los criterios… de la picaresca y del plagio, que siempre han existido y existirán. A veces es complicado encontrar el límite entre inspiración y plagio. Está claro que lo primero ha existido desde el origen de los tiempos, porque el ser humano crea a partir de lo que conoce.

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